En la Odontología uno de los principales objetivos a perseguir en cada cita con los pacientes es concienciarles de la importancia de prevenir problemas futuros, así como proporcionarles los conocimientos necesarios para que puedan llevar a cabo de forma efectiva los autocuidados requeridos para conseguir y mantener una boca sana y bonita.
Las visitas periódicas para revisión dental son uno de los pilares fundamentales en la prevención. Detectar problemas en una fase inicial siempre va a permitirnos minimizar el tratamiento que pudiera ser necesario llevar a cabo. Una de las frases habituales de los pacientes es, por ejemplo: “pero a mí no me duele nada, ya cuando me duela vengo…” Error!!! Que algo no duela no significa que no esté ocurriendo, o avanzando.
Nos remitimos otra vez a la oración anterior: “Detectar problemas en una fase inicial siempre va a permitirnos minimizar el tratamiento que pudiera ser necesario llevar a cabo”.
Una caries detectada en una fase temprana, en la que aún no hay dolor, ni siquiera sensibilidad, puede ser fácilmente solucionada con una obturación/empaste. Esperar a que una caries duela es permitir que
ésta avance hasta llegar o acercarse al nervio del diente, y en ese punto un empaste no soluciona el problema, sino que se requiere ya un tratamiento de Endodoncia, o lo que coloquialmente conocen los pacientes como “matar el nervio”.
Otro punto fundamental en la Prevención es la Higiene Oral, y éste es el más básico de todos: la acumulación de placa (compuesto formado principalmente por restos de alimentos y bacterias) sobre los dientes es la principal causa de la caries, inflamación y sangrado de encía y la pérdida de hueso que afecta a los dientes. Cualquiera de estos procesos puede terminar irremediablemente en la pérdida de piezas dentales.
Una buena higiene oral empieza con un correcto cepillado, tanto en técnica como en frecuencia. La acción mecánica que realizamos con el cepillo para remover la placa de la superficie dentaria es la parte más importante, no tanto el uso de una pasta o un colutorio específicos, sino el cepillado en sí mismo. La pasta y los enjuagues bucales son complementos que ayudan a reforzar la higiene, pero en ningún caso sustituyen, ni son más importantes que un correcto cepillado tras cada una de las principales comidas del día.