Los dientes retenidos, incluidos o impactados son aquellas piezas dentales que permanecen de manera parcial o en su totalidad en el interior del hueso maxilar sin haber erupcionado en su momento habitual. Los cordales o muelas del juicio y los caninos son los dientes que con más frecuencia se encuentran en esta situación.
Es muy importante realizar revisiones periódicas a la consulta dental desde la erupción de los primeros dientes en boca para poder diagnosticar a tiempo cualquier anomalía en el proceso. Los caninos permanentes inferiores deben erupcionar a los 9-
10 años y los superiores a los 11-12 años, siendo palpables desde los 8-10 años de edad. Si llegados a este punto no hay señal del canino, se debe proceder a realizar una radiografía dental para poder evaluar su existencia, posición, reabsorciones radiculares y tratamiento adecuado.
El tratamiento de elección siempre será rescatar ese canino y llevarlo a su posición ideal a través de la ortodoncia, aunque no siempre es posible. Otros tratamientos son el control periódico y la extracción quirúrgica, según el caso.
Los síntomas que deben llevarnos a la sospecha de un diente incluido son: mal aliento y sabor de boca, inflamación, flemón, dolor en encías, dolor de cabeza, mandíbula y/o cuello, enrojecimiento e inflamación de la encía, ausencia del diente en cuestión en boca. Está indicado realizar una radiografía panorámica para poder abordar el caso.
Un diente o molar incluido puede provocar reabsorciones de las raíces de dientes adyacentes, daños en hueso maxilar y zonas anatómicas adyacentes, infección, apiñamiento dentario, daños periodontales, compromiso del diente vecino, caries y quistes o tumores.
Los cordales tienen un periodo de erupción lento, de los 18 a los 25 años. La cirugía para la extracción de muelas del juicio es muy frecuente. No obstante, si el molar erupciona con normalidad y sin complicaciones se debe mantener. La cirugía, bajo anestesia local, consiste en extraer el molar de la manera menos invasiva posible. Suele ser necesaria una pequeña incisión en la encía, seccionar la pieza para poder extraerla y suturar la herida durante una semana. Se recetará medicación específica para tener un buen postoperatorio.
No siempre está indicada la cirugía de extracción de muelas del juicio. Hay casos que conllevan un elevado riesgo quirúrgico y pueden acarrear graves consecuencias. Es por esto que se recomienda acudir a un profesional en la materia para valorar correctamente el tratamiento adecuado y llevarlo a cabo con éxito.