Un herpes labial es una infección producida por el virus del herpes simple, caracterizada por la presencia de una serie de vesículas pequeñas que van uniéndose entre sí hasta provocar una ampolla grande que se rompe dejando salir un exudado y cubriéndose de una costra hemorrágica.
El sol, el estrés, las emociones, las infecciones, las gripes y los periodos menstruales del a mujer son situaciones que potencia su aparición.
Realmente, no existe ningún tratamiento contra el herpes que elimine por completo del organismo la infección por VHS (Virus de Herpes Simple) ya que, una vez que el virus entra en un organismo, permanecerá siempre en éste de forma inactiva con recidivas (reapariciones) ocasionales. Existen medicamentos que pueden reducir la frecuencia con la que aparecen los episodios herpéticos, la duración de estos y el daño que causan.
Es importante el tratamiento profiláctico ante la aparición de los brotes; contribuyen a que la recuperación sea rápida y que no se contagie a otras personas:
- Mantener la parte infectada limpia.
- No tocar, o tocar lo menos posible, las lesiones.
- Lavarse muy bien las manos antes y después del contacto con las lesiones.
- evitar tener contacto directo hacia otras personas con el área infectada, desde que los primeros síntomas aparecen hasta que las erupciones se han curado completamente.